REPRESENTAR, PROTEGER Y APOYAR A LA PERSONA TUTELADA

Principales objetivos de la persona encomendada para el ejercicio de la tutela:

• Procurarle alimentos, en sentido amplio.
• Educarle y procurarle, en la medida de lo posible, una formación integral.
• Promover la máxima recuperación posible de sus capacidades, facilitando los soportes necesarios (tratamientos, asistencia a servicios educativos, sociales, sanitarios, etc).
• Administrarle los bienes que pudiera tener con total lealtad y transparencia.

Con respecto al tutelado:

• Dar respuesta a las necesidades de la persona.
• Establecer seguimientos personalizados.
• Velar por su evolución en los servicios sociales o de otro tipo a los que asista.
• Acompañarla durante su desarrollo vital.
• Ejercer de administrador de sus bienes.
• Apoyarla en el ejercicio de sus derechos.

Con respecto a la autoridad judicial:

• Solicitar autorización judicial para aquellos actos en los que sea preceptivo.
• Administrar correctamente y rendir cuentas.

Con respecto a las entidades prestadoras de servicios al tutelado:

• Velar por la mejora continua de los servicios prestados.
• Mantener la independencia de roles de tutor y cuidador.
• Actuar en los entornos especializados como agentes de cambio y transformadores de la realidad.